Hoy toca hablar de la torrija, el dulce por excelencia de Cuaresma y Semana Santa, en gran parte de España. Según he leído, su origen se remonta al siglo XV, y fueron las monjas quienes las inventaron. Se preparaban con el pan sobrante, para compensar el ayuno de carne impuesto en Cuaresma.
Existen dos variantes de este rico dulce: torrijas de vino y torrijas de leche. Estas últimas son las más comunes, pero por desgracia las que tenemos que evitar. Por suerte las de vino están igual de ricas y en principio podemos comerlas sin problema. Como siempre, ante la duda recomiendo que preguntéis, porque mejor prevenir que curar, porque a veces aunque sean de vino se pasan por leche para ablandar el pan.
La receta puede parecer simple, a pesar de sus múltiples variantes, pero conseguir unas torrijas jugosas y esponjosas no es tarea sencilla. En mi casa, desde que yo tengo memoria es mi abuela la que se encarga de surtirnos todos los años, con una docena de torrijas. Este año le han salido especialmente buenas y no podía menos que compartirlas con vosotros.
Ella no es mucho de respetar cantidades o prodedimientos, y prefiere hacerlas "al calculo", como ella dice, así que detallar la receta es un poco complicado. Pero los pasos a seguir son:
1. Pasar las torrijas por el vino rebajado con algo de agua. Hay que dejar que se empapen pero que no se empapochen.
2. Pasarlas por el huevo y freírlas en una sartén con aceite de oliva, hasta que estén doradas por ambos lados.
3. Para terminar hay que pasarlas por una almíbar hecho con miel y canela.
Dos cosas hay que tener en cuenta a la hora de hacerlas/degustarlas, tanto si son de vino como de lehce, hay que asegurarse de que el pan no lleva nada de lactosa. Cuando el pan es de panadería no hay problema, pero si usáis pan de molde, revisar los ingredientes. Y la segunda es que no hay que privarse de las torrijas de leche, se puede usar leche sin lactosa, o alguna variante de leche vegetal.
¡A disfrutar!
Si queréis saber más de las torrijas podéis pinchar aquí.
Me encantan las torrijas y la forma de dar las receta la abuela "al calculo". Están muy jugosas y es un acierto si son de vino para los del club de los intolerantes. Besitos.
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