Aunque todavía queda un mes para la llegada oficial del verano, al menos por el sur, el calor ya ha empezado a formar parte de la rutina diaria, así que es el momento perfecto de presentaros los helados artesanos La Abuela. Esta entrada forma parte de una serie que voy a llamar #AquiTenemosOpciones, a falta de un título mejor. Como ya os anuncié en Tarta de cumpleaños sin lactosa, cada mes os iré descubriendo un restaurante/bar/cafetería/etc donde pongan alguna facilidad a las personas con intolerancias o alergias.
A día de hoy los helados de la Abuela son mis preferidos, ganando por goleada al resto de helados que he probado. Son muy cremosos, e incluso los sorbetes, que son los que podemos tomar sin problemas, no tienen esa textura como de polo aguado, que hace que un helado pierda todo el interés, al menos para mí. Otro punto muy fuerte es su intenso sabor. Y siempre saben a lo que dice que sabe, desde la primera cucharada hasta la última.
Los sabores que suelo pedir son sorbete de mango, que da la sensación de estar comiendo mango triturado, cremoso y fresquito, y un tipo de chocolate puro que no tiene lactosa, del cual he olvidado el nombre exacto. Las chicas que atienden son muy agradables y no tienen problema en nombrar las opciones sin lactosa. Que recuerde hay también sorbete de manzana y de limón, y puede que de sandía, pero no pondría la mano en el fuego.
En Sevilla, que yo conozca hay tres heladerías, una en la Avenida de la Constitución, otra en la calle Laraña y otra en Tetuán. Si pasáis cerca os animo a entrar, prometo que no quedaréis defraudados.
¡A disfrutar!
PD: Para los que no vivís por la zona de Sevilla, no perdáis la paciencia, que hablaré en próximos meses de franquicias, o cadenas que tengan locales más allá de Andalucía. Mientras tanto podéis plantearos una visita a esta zona para poder disfrutar de su encanto culinario y monumental. Ahí lo dejo...
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