Hoy os presento una receta sencilla de Crema Catalana sin lactosa. Es muy socorrida, porque la podéis preparar con muchas horas de antelación, y el proceso en sí es muy rápido y sencillo, no creo que se tarden más de 20 minutos. Eso sí, después necesita al menos unas tres horas de frigorífico.
Ingredientes
Proceso
1. Ponemos a calentar la leche con la rama de canela, la piel del limón (podéis rallarlo también) y la cucharada de vainilla.
2. Aparte, en un plato hondo, mezclamos las yemas de huevo con el azúcar hasta que quede una crema homogénea.
El color del azúcar que uséis es el que marca el tono de la crema, así que si la queréis clarita lo ideal es usar azúcar blanco.
3. Incorporamos la maizena y la integramos bien.
4. Controlando que la leche no llegue a hervir, incorporamos poco a poco esta mezcla en el cazo que teníamos al fuego y no paramos de remover hasta que espese.
Vamos notando que espesa cuando cuesta más trabajo mover la cuchara, y vemos que se va quedando dibujada la trayectoria de la cuchara en la crema. Si vemos que empieza a hervir y aún no ha espesado, bajamos un poco el fuego y continuamos removiendo.
5. Una vez que haya espesado, la vertemos en los cuencos donde la queramos servir, y la dejamos reposar una hora, antes de meterla en el frigorífico, durante al menos tres horas más.
6. A la hora de servir vertemos azúcar blanca por la superficie y la quemamos con un soplete, para conseguir la capa de caramelo característica de este postre.
Aquí tengo dos consejos que daros. El primero es que echéis el azúcar poco a poco, porque cuando se humedece al entrar en contacto con la crema cuesta más caramelizarlo. Y el segundo es que si usáis azúcar moreno en la crema, como yo, no desesperéis si no conseguís el toque dorado que se espera del caramelo. La superficie carameliza igualmente, pero cuesta más distinguirlo porque el tono del caramelo y de la crema son muy similares.
¡A disfrutar!
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